martes, 31 de agosto de 2010

FERNANDO LUGO Y SU ROMANCE CON LA ROSCA MARFIOSA


PARTIDO DE LOS TRABAJADORES DENUNCIA: La “rosca mafiosa” vive y colea

Una “llanura” con finas alfombras y caviar

Los partidos y representantes políticos de la derecha tradicional en Paraguay. Odiosos y recalcitrantes sectores que, con diversos métodos, se han enriquecido y siguen engordando a costas de la explotación del pueblo trabajador y de la entrega del país a las empresas de las potencias imperialistas.

Chupando sangre y nervios de las clases populares mantienen sus mansiones, su educación privilegiada, sus autos lujosos, sus viajes de ocio. Están desde las organizaciones legalizadas para delinquir como la ANR, el PLRA y el UNACE hasta el refinado PPQ que intenta presentarse como una opción “honesta” y “transparente”.

Matices e intereses o roces coyunturales aparte, los une la ardiente necesidad de mantener intacto a cualquier costo el sistema capitalista y la estructura latifundista al servicio del agronegocio, ese modelo económico neoliberal que mantiene a nuestra tierra como simple productora de materias primas para el mercado mundial.

Esto es lo estratégico para ellos. La “democracia” o las dictaduras militares son simples formas o medios para preservar los suntuosos privilegios y mantener acallado al pueblo.

La asunción al poder de Lugo generó – y aún genera- tanta expectativa e ilusión porque el pueblo pobre llegó a creer que el ex obispo enfrentaría a aquella “rosca mafiosa” que siempre se sirvió de los humildes y que se ufana de su inmenso poder.

Dos botones de muestra

Pero la derecha y sus personeros gozan de buena salud bajo este gobierno del “cambio que no se detiene”. Dos botones sirven de muestra ¡Y qué botones!

El colorado Óscar González Daher, actual Presidente del Congreso Nacional, es un temido capo mafioso y un todopoderoso en la ciudad de Luque. En las semanas recientes, investigaciones periodísticas bastante documentadas demostraron una escadalosa evasión del impuesto inmobiliario de 65, sí, 65 propiedades de las que se jacta detentar en el referido municipio.

González Daher, sin rubor alguno, afirmó burlescamente que “la evasión no es delito” y menospreció el multimillonario daño patrimonial que sufre la comuna. Humildes casitas pagan hasta 40 veces más de impuesto que una de sus mansiones mediante un sistema monstruoso de evasión que incluye hasta falsificación de documentos en la Municipalidad luqueña. Pero, por supuesto, todo eso “no es delito”.

Otro colorado, Víctor Bogado (devuelva lo robado), actual Presidente de la Cámara de Diputados, fue procesado por un supuesto desvío de 12 mil millones de guaraníes cuando era titular de CONATEL durante el gobierno de González Macchi y también fue investigado por enriquecimiento ilícito. En junio de 2007, además, fue denunciado por sabotaje, coacción y otros hechos punibles por un grupo de diputados por los incidentes en la elección de la mesa directiva de ese año. Todo quedó en opa reí mediante el amparo en sus fueros parlamentarios.

Lugo: un oasis en la “llanura”

Estos dos nefastos personajes, ambos insignes representantes de la “rosca mafiosa”, ocupan nada menos que la Presidencia de ambas cámaras de ese aguantadero de bandidos que gustan llamar Congreso Nacional.

Pero ¿No deberían estar en la más completa llanura? ¿No deberían estar atravesando el desierto y mordiendo el polvo de la derrota electoral que les asestó el pueblo trabajador el 20 de abril? ¿No se supone que deberían ser ya putrefactos cadáveres políticos sometidos al eterno escarnio público? ¿Cómo es esto posible en un gobierno que proclamó que con la bendita “alternancia” nos libraríamos por fin de la “rosca mafiosa” a la cual el pueblo expresó su legítimo hartazgo?

La respuesta a estas interrogantes impone beber un trago por demás amargo para muchas y muchos compañeros activistas honestos y luchadores.

Es Fernando Lugo y los luguistas quienes, lejos de aplastar a los sectores retardatarios, los han revitalizado y oxigenado al máximo. Ambos partidos tradicionales, hace menos de tres años casi en bancarrota, hoy gozan de renovado dinamismo y se preparan con todo para el 2013. Tal hecho lo demuestran sus internas.

Fue Lugo quien, traicionando la esperanza y la confianza que la mayoría popular le depositó, pactó con el nicanorismo, el oviedismo y con los principales sectores del PLRA para darle “estabilidad” a su gobierno. Se han repartido cargos e influencias. Ahora ya ni Lino Oviedo es “golpista” para Lugo.

Se ha sellado un pacto vergonzoso con los históricos verdugos de la clase trabajadora. Estos son los hechos y quien los calle no puede menos que convertirse en un infame cómplice.

No es casual que, más allá de esporádicos episodios o declaraciones derivadas de la enfermedad de Lugo, nadie hable de un juicio político que hace unos meses no salía de los titulares en la prensa. Los empresarios y ganaderos han expresado su satisfacción con este gobierno, que les “limpió” el camino de sus negocios con meses de sistemática represión al campesinado y al movimiento social.

Esta es la “estabilidad” que pregona el gobierno. Estabilidad para que los ricos hagan jugosos negocios sin ser molestados por las luchas populares. Es lo mismo que la “paz social” que nos vociferaba Nicanor Duarte.

No es casual que los senadores socialdemócratas del Frente Guasu, Carlos Filizzola y Sixto Pereira, quienes en otros tiempos criticaban ciertos hechos de corrupción cometidos por algunos colorados, coincidieron en afirmar que la evasión tributaria municipal es una “cuestión personal” de González Daher y que “no daña la imagen del Congreso”. Asimismo, cuando debieron defender al “patriota” de Bareiro Spaini al ser éste atacado por una derecha que no cesa en su policía de cháke permanente, los parlamentarios oficialistas callaron. Se los entiende. Nada debe enturbiar el pacto sellado. El precio es vivir de rodillas ante la derecha.

La lucha es contra la derecha y contra el gobierno que la oxigena

El Partido de los Trabajadores (PT) reafirma su oposición frontal e intransigente a los partidos burgueses que componen la derecha tradicional en nuestro país. La lucha contra estos sectores, de parte de las organizaciones social y la izquierda, debe ser sin tregua ni cuartel. Y la mejor forma de luchar contra la derecha es desenmascarar y denunciar a quienes les hacen el juego e intentar lavarle la cara frente al pueblo. Nos referimos al gobierno que encabeza Fernando Lugo, al cual la izquierda, lamentablemente, sigue apoyando incondicionalmente.

Sin independencia de clase, en esta pelea vamos muertos. Ahondemos esfuerzos, tiempo, recursos y militancia para fortalecer espacios de unidad y oposición tanto a la derecha tradicional como a este gobierno farsante y ladrón de sueños.

Nuestro norte no ha cambiado. Por un gobierno obrero, campesino y popular.



Comité Ejecutivo

Asunción, 30 de agosto de 2010

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